MANUEL AGUJETAS DICE:



AGUJETA NAQUERA: 

Yo me llamo Manuel de los Santos Pastor, El Agujeta y me dicen Agujetas de mote, porque mi padre trabajaba en el ferrocarril y era el que cambiaba las agujas, le pusieron de agujas Agujeta.



Yo nací en Jerez en la calle Acebuche, mi pare se casó con mi mare que era roteña y yo me fui a Rota con un año y llegué a Jerez a los 15 años, a los 17 me fui a aviación de voluntario.



Bueno, yo no soy nacido ni en Rota ni en Jerez, yo nací en Las Tablas. Mi madre estaba cogiendo garbanzos y nací allí, y como mi padre era de Jerez me fui allí, a la calle Acebuche. Al año me llevaron a Rota, a los dos años a Jerez, ¿y ahora qué hacemos? A mí me conocen en Jerez y en Rota. Bueno, a lo que voy... Jerez está echado a perder por un motivo, que todo el mundo se cree que sabe cantar y bailar y eso es mentira. 



Yo no sé dónde he nacido, si soy Agujetas de Jerez, es que he nacido en Jerez, ahora yo voy a buscar papeles y no aparecen por ningún sitio; me quiero casar, pero como no hay papeles y no aparecen por ningún sitio; me quiero casar, pero como no hay papeles, tendré que apuntarme. Nadie se cree que voy a cumplir 40 años, como mi padre no apuntaba a nadie en el Juzgado, yo tampoco he apuntado a ninguno de mis hijos, para que no le sirvieran a ningún gobierno, yo no vivo como los gachós, que tienen que cobrar la pensión, el subsidio, yo crío mis hijos para mí.



Yo nací en el 46, esa es mi edad propia, después me fui de voluntario, por eso ya no tengo miedo de que me llamen y digo cual es mi verdadera edad. La gente me ve por aquí y dicen Manuel tiene que tener tanto, okey, lo que tú quieras, tú me entiendes, a mí, no me importa eso, eso se ve en la persona después, a todas las amistades que yo dejé en Jerez, cuando he llegado he visto que son más viejos tos, los pelos blancos y sin dientes. ¿Tu cómo me vez a mí? Igual, como el primer día, entonces los años no mienten.



«Si es que cuando nací a mí no me inscribieron. A lo mejor fue en 1946. Creo que tengo 62 o 63 años. Ya no quedan viejos de los de entonces a los que poder preguntar». A mí me dijeron que nací en Jerez. Pero la fecha no me “zuena”. Tengo nueve hermanos, así que en ese año pudo nacer cualquiera de ellos, ¿tú me entiendes?”.



Tengo pasaporte gracias a los señores que dicen para América y al rato están los papeles, ¿quién paga eso? Pues los que me contratan, saca los papeles enseguida, es que el dinero es el que maneja, pero yo no soy. Yo tengo dos familiares que dicen que soy de la explosión de “Cai” y otros del año 45 pues, con ninguna me quedo, así que no hay edad.



Yo empecé a cantar con 8 años, en mi casa, en los bares a los señoritos me daban dinero y cantaba. Mis principios como cantaor fueron aquí en Rota, escuchando a mi padre trabajando en la fragua, lo poco que he “aprendío” de él, lo otro ha sido que me lo ha dado a mí Dios.



Terminaba los sábados y me iba en busca de mí compare al Albaicín, eso no se cerraba en toda la noche y allí empezaba a gastarme con mis amigos, lo que tuviera, si tenía dos gordas me las gastaba y si no, no me gastaba nada, allí me iba para cantar con mis amigos y de ahí fue donde salí para delante.

Yo estaba en Jerez y salí con Parrilla el Viejo, me cantiñeaba con él, de vez en cuando unos cantecitos, trabajaba en la fragua, me llamaron para cantar y yo dije que, si iba a mejorar mi vida, pues, salí a cantar.



Yo no jugaba en la calle con los chiquillos mi junta eran todos los viejos.



En mi familia ha habido buenos cantaores, estaba mi tío Domingo Rubichi, mi tío el sevillano, mi abuelo, mi abuela, varios de ellos. A mí el cante me viene de mi familia, aunque no soy gitano puro, porque mi abuelo por parte de madre era gachó, mi familia ha sido la escuela de cante en España.



Además de ser maestro soldador, era el mejor maestro esquilador de bestias y ovejas y me hice dueño de tos los cortijos desde el Puerto de Santa María de la viuda de Terry hasta los de las inmediaciones de Sevilla. Quité el título de peladores a tijeras, no a máquina, de ovejas y mulos.



Muchas fatigas. A mí me costó trabajo, pero aprendí, aprendí. Pasé mucha fatiga, comí una “jartá” de higos pasaos, pedazos de tocino por aquí por estos campos. Salía de pelar los caballos, quitar dientes de lobo y bichos por dentro del intestino. Eso lo hice mirando al veterinario. Muchas veces me daban el tocino y me iba más contento.... Se lo daba a mi mare pa´ que hiciera el puchero. Eso hasta que salí y me fui. No hay mal que por bien no venga, como se dice. 

Si no pasas fatigas no sabes cantar y si aquí no hay causa (se señala el corazón), no hay na´. Si esto está vacío, nada. Para cantar hay que buscar la causa, pero eso sale con el querer, sobre todo. Grandes consejos me dieron, yo ninguno tomé, grandes consejos me dieron, por uno que a ti te dieron, tú ‘ha aborrecío’ mi “queré”, “dirme” lo que te dijeron (recita). Esa es la vida, son letras verdaderas de las cosas que pasan en la vida. Ese es el cante.  



Cuando los gitanos y los gachós no tenían dinero, yo lo tenía. Yo trabajaba en Jerez con la viuda de Terry. Ganaba mucho dinero, todos los días tiraba la camisa. Cuando un gitano ganaba una peseta escardando trigo, yo tenía mil en el bolsillo. Yo he sido un delincuente de la vida. Mira yo a los 15 años era maestro forjador. Aprendí de los veterinarios de verlos curar el ganado.



Escuchaba a los mejores cantadores flamencos que había, no eran profesionales, pero eran los verdaderos artistas, conocí a Bartolillo, conocí a Veneno por martinetes, a los mejores del mundo. Yo escuché a los fenómenos del cante gitano, con 15 años en el Puerto.



Un día entré en una bodega y escucho a un gitano cantar, se parecía a mí padre por detrás con la gorra, era Perejil, y le pregunté que si ese martinete que estaba cantando era de Agujetas. Yo no le había dicho que era su hijo, él me dijo que ese martinete era suyo; y que era primo hermano de Agujeta. –Yo tenía un hermano llamado Pepeano, este tenía una novia que era de los Canales de Jerez y a cuenta de un pañuelo tuvo una riña en el Puerto con los cuatro hermanos Canales que mataron a mí hermano. El que lo mató fue a la cárcel. Entonces yo hice un robo para que me metieran en la cárcel. Y en la enfermería maté al que le quitó la vía a mi hermano. Entonces saqué yo el martinete "preso en “Cai”"-. Fui y se lo conté a mí padre y salió corriendo para El Puerto a ver a su primo, y le dijo ¿cómo le has dicho eso a mí hijo? -Yo que sabía, si él no me ha dicho que era hijo tuyo, si no lo conocía-. Esto te lo estoy contando, Pepe, como los viejos no le dicen la verdad a nadie mí padre a mí no me la decía.




Los padres no enseñan a nadie. Uno aprende solo escuchando. Los gitanos no le dicen la verdad del cante a nadie. Mi padre no me enseñó a cantar. El gitano no le dice la verdad del cante a nadie. Mi viejo trabajaba en la fragua, y yo con 14 años al lado, en otro yunque. Mi padre cantaba por seguiriyas cuando el hierro se estaba calentando, porque trabajando no se puede cantar. Eso de que los gitanos cantan por martinetes dándole al martillo es mentira, no se puede. Pues cantaba el viejo por seguiriyas, después salía mí hermano o salía yo, y decía: Así no. "Pero hombre usted no lo ha hecho así". "Bueno, pues ahora lo haces asá para que nadie lo sepa". Y entonces es cuando era verdad.



Trabajar en la fragua y coger ese compás en la fragua a media noche trabajando y decir un cante por seguiriyas, decir otro por solea y entonarme cantando por seguiriyas, cuando yo me entonaba en la fragua creo que no había otro para cantar por seguiriyas.



Yo creo que noto una diferencia como cantaba en la fragua y mí cante de ahora, puede ser que antes estaba un poco más bruto, no estaba puesto a la guitarra, cantaba más bruto, más gitano.



Yo he aprendido muchas cosas de mi padre, mi padre ha intentado siempre mejorar el cante de Manuel Torre y yo siempre he intentado mejorar lo que ha hecho él. Entonces yo he hecho algo mío después.



Yo no sé leer ni escribir, ni nada de eso. Las letras las hago yo, me las pongo en la cabeza y con una vez que la repase ya no se me borra de la cabeza, yo tengo para cinco o seis días saliendo letras de mí cabeza, en la parte derecha y en la izquierda.



Una persona si sabe leer y escribir no puede cantar Flamenco tampoco, porque ya pierde el saber pronunciar.



El que sabe leer y escribir no puede cantar flamenco...  “¡Hombre, está muy claro, porque pierde la pronunciación! Por eso soy uno de los artistas que mejor pronuncia. Uno no aprende hablar hasta los 60 años. O más... Y en el cante es igual. Lo que pasa es que ahora hay mucho “tirao” que no sabe na´”.



El buen cante viene de esos gitanos que ya de antiguo estaban dentro de la sociedad.



Yo estudio el cante hasta durmiendo, por eso saco algunas letras nuevas, yo me levanto por las mañanas y me duele la cabeza y entonces me echo un cubo agua fría en la cabeza y empiezo a cantar lo que he hecho.



Muchas veces hay cosas que no me acuerdo y le digo a Kanako que apunte la palabra. Déjala quieta ahí, ya te la pediré. Le doy vueltas ahí, abro el libro que tengo aquí (señala la cabeza) hasta que me acuerdo. Yo no canto con papeles, me siento en la silla y puedo decir trescientos cantes uno detrás de otro. Todo está aquí (se señala la cabeza). De quién son esas retamas, son de los frailes no son de los frailes que son de la doctrina cristiana (recita). Eso lo aprendí de mi abuelo. Se lo había escuchado a mi mare por la parte de mi mare gachí, no gitana, que eran de Rota, y lo había traído mi bisabuelo de la guerra de Cuba. 



Si no hay causa “justificá”, no cantes, ni escribas, ni pintes. Si no hay causa no hay nada; una flor se siembra, pero con amor, seguro que si es así la flor no se pierde; si no tiene amor no siembres. No hay una planta que yo siembre que no agarre. Como yo mí causa la tengo “justificá”, por eso canto. Las letras nacen de adentro. Si a esta mujer un día no la intereso, que se vaya, es libre; pero si me quiere, yo la querré, yo la querré para siempre y en mí corazón nacerá canciones de nuestro amor y si me deja, también nacerán canciones de nuestro sufrimiento.




Hay que cantar a la realidad. Lo que está pasando y lo que ha pasado. ¡Lo que no puede ser es que salga uno diciendo “ay, mis niños, mis niños! ¿Mis niños? y tienes dos queridas.



Para cantar hay que haber pasado muchas fatigas. Hay que tener una adentro para poder cantar y transmitir: haberte peleado con tu mujer, tu novia...



Una causa para poder expresarlo. Pero vacío ¿Quién es el que canta? Como no sean los ye-yes.



Un gachó no puede cantar Flamenco está vacío.




Yo soy un artista del cante jondo, de seguiriyas y soleares. Los cantes que me emocionan profundamente son los que valen, martinetes, soleares, peros las soleares de Juan Talega, que es lo mejor que hay en el cante.



También te digo una cosa, el cante, cuando se llega a maestro, se sabe, pero hay que saber encajarlo, eso no lo hace cualquiera.



“Una “basura”. Que ahora viene el duende, que ahora no viene el duende... Bah. Tonterías. Yo para ser el mejor no necesito ni duende ni drogas, sólo cantar, cantar, que es lo que no hacen muchos.



Yo en la fragua no voy a trabajar más en mi vía, ahora hago cosas por gusto, hombre de cantaor voy a trabajar hasta que tenga 110 años.



Yo soy el artista de todos los señoritos.



Andalucía está muerta, en España el Flamenco se vino abajo, cuando murió Franco, se ha perdido la juerga, porque los señoritos no se fían ya, ni de los flamencos. En tiempos de Franco los tablaos cerraban a las seis o las siete de la mañana y hoy a las doce está acabado. En los tablaos no hay más que extranjeras, las llevan los golfos para pasarla por la piedra. Una basura. El español es un bicho malo. Además, los señoritos ya no salen a la calle porque les da miedo y Andalucía está muerta.



Eran los verdaderos artistas, pero no había artistas porque eran cantaores de los señoritos, me entiendes, no estuve metido en fiestas de esas así, porque creo que iba a escapar mal, eso lo hará para su gusto, pero como yo no nací con mando, soy muy peligroso para eso, mi pare iría toda la vía, seguro, porque de que iban a comer esos pobres. Yo he visto aquí una vez una fiesta del Borrico viejo cantando, sale un señorito y le dice canta y el Borrico viejo a cantar, abre la boca y llega el señorito y le tapa la boca, así no. A mí me tapa la boca el señorito y le pego al señorito, a la madre, a la tía y a la sobrina y por eso a mí, no me cayó esa papeleta, gracias a Dios, yo nací libre y sigo siendo libre.





Conocí a muchos cantaores, a los más viejos, que no eran artistas, pero que eran mejores que muchos artistas, conocí a Tío Borrico, al Troncho... En fin, a todos los de Jerez de mi época.



Cuando yo tenía 14 ó 15 años escuchaba a mi padre, hombre cogí muchas letras que aprendí, pero que las letras no quieren decir nada, porque si no sabe usted cantar para que sirven las letras, no me entiende, hay que nacer cantaor, si no las letras las puedes tirar; las letras la hacen la vida, las personas van viviendo y así se van haciendo las letras, a las fatigas que uno pase. El que mejor canta en el mundo es el que más fatigas ha pasado, el que no ha pasado fatigas no puede saber cantar, esa es la vía.



Pero mi pare (Agujetas el Viejo) no enseñó a nadie. A nadie, “nooo”. Mi pare estaba trabajando en la fragua. Yo ponía el hierro derechito. Mi hermano el otro, el mayor, ponía carbón “partío”, el otro… Y mi pare cantaba cuando estaba de descanso. Porque eso de trabajar cantando es mentira, es mito, porque no puedes cantar por martinetes trabajando. Cómo vas a decir la letra, tienes que dejar el martillo parao. ¿Entiendes? Eso es mentira “tó”. Eso es mentira de la gente, engañando a la gente ¿pa´ qué? Entonces mi pare hacía un par de cantes, estaba descansando y cantaba. O estaba en un corral o con un amigo en casa y el domingo hacía un par de cantes con los amigos. Y escuchábamos. Ni te pienses que mi padre decía esto es así o es así. Qué va, qué va”.



Mi padre era el amo de Jerez cantando. Mi tío Mingo cantaba por bulerías y él hacía los cantes jondos. Era un gitano pa´ verlo, los gitanos de Jerez nunca han tenido nada que ver con el resto. Yo tengo discos de mi pare, pero ya no los pongo. Se murió mi pare y se acabó todo. Y no lo pongo porque no quiero recordar. 



Mira, te voy a contar una cosa. Una vez le di a mi pare una cinta, pero cómo no sabía darle a la maquinita borró un cante o dos. Un día vino a verme enfadado porque decía que yo le había robado los cantes. ¿De dónde te he robado yo los cantes papá? ‘De aquí dentro’ (risas). Decía que yo le había “robao” los cantes y se habían borrado (sonríe). 



A lo mejor a los seis meses me viene a la cabeza una letra que estoy buscando hace 10 años, la estoy buscando yo en casa comiendo, una letra que yo tenía y no me acuerdo y voy un día en la moto y se me viene, ¡eh!, ¡eh!, ¡llegó! La letra que estaba por la cabeza. Pero para eso hay que vivir del cante y ser enamorado del cante.



Yo he cantado aquí seguiriyas y bulerías sin guitarra, precisamente el cante antiguamente no tenía acompañamiento, por eso el cantar por seguiriyas es sin descanso, claro que, si metemos la guitarra, es un descanso para el cantaor. La seguiriya es seguía, pero todo el mundo no tiene pulmones para eso.



Yo puedo llevarme diez días cantando toda clase de cantes, sin problemas, porque yo contra más cante, tengo la voz mejor y no me hace falta guitarra ni nada.



“Cantar”. “Hay quien necesita droga, vino y eso. Yo no necesito nada. Me tomo una mijita de agua y canto. ¿Por qué me va a dar vergüenza de cantar (se ríe) si yo vivo de eso?



Como yo soy un hombre libre, yo me caso con quien me gusta, por lo tanto, mi mujer es japonesa, me la traje para acá de Japón y dije esta japonesa es mía. Yo para vivir solo para qué carajo he nacido, me entiendes, está uno feliz, tiene uno a su mujer al lao, tiene su casa, canta cuatro días, tiene tu comía, joé, para que quieres más, si nadie se mete contigo y tú no te metes con nadie.



El Cristo lo hice libre como yo, hice la mano con un píe, porque vi que el pedazo de “maera” daba la mano y el pelo se lo puse de mi mujer. Me puse malo, el Cristo me había castigado, según esas mujeres que van a la iglesia, cuando ya me puse bueno de la neumonía, pues lo recogí del taller de mi compadre, porque ya me había quitado el arresto, que estuve hasta castigado, según las religiosas, yo eso no lo creo, pero en fin, algo creo porque para eso lo tengo yo aquí, el Cristo es libre como ya he dicho antes, igual que yo, yo soy libre porque nací libre, siempre mientras exista seré libre.



Yo cuando deje de ser artista, que ya sea viejo, pienso de irme al campo y comprar una casita por ahí e irme a un río para hacer canastas.



Hay que irse por ahí a buscar la vía, que España no es un país para artistas. Aquí en verano hace cuatro festivales, compras un picadillo de tomates y no hay más... Yo quiero morir por América y dejarle mi casa en el campo a mí hijo Antonio, que está en la cárcel.



Salgo cuando hay perras, si hay dinero allí está Agujetas. Ahora, aquí no hay nada, la gente lo está pasando mal, no hay dinero. Cuando voy a Japón todo está lleno y en España los bares están vacíos. En América pasa igual, hace cuatro o cinco meses estuve en cuatro sitios. El último fue en Nueva York y el mismo día que canté allí el Cónsul de España vio mi póster en la calle y vino a verme. Estuve hablando con él y aquello sigue igual. Hasta pa´ coger un taxi hay que esperar una hora. 



A mí me gusta cantar en el extranjero porque nadie habla, todo el mundo chilla para pedir otra. Para cantar hay que irse a Madrid, de Madrid pa´ arriba y después a Francia, América... Japón no porque es mentira lo de Japón. Lo de Japón es mentira. Van cuatro desgraciados a dar clases allí, pero en Japón sólo hay un tablao y cuando va esta gente allí a cantar o bailar, ¿sabes dónde van? Pues a un bar, se sientan en un taburete y una tabla postiza, como la que pone mi mujer ahí pa´ ensayar todos los días. Yo cuando voy, ¿sabes lo que hago? Alquilo un teatro un año antes, y me cuesta un millón. Flamenco no hay porque si hubiera flamenco yo estaría allí. Mi mujer es japonesa y tiene dos pisos, es decir, que tengo donde dormir. Eso todo es mentira.



Yo cada vez que he estado en América, al mes me ponía a hablar inglés, se me da bien. El japonés, menos. También porque como Kanako habla tres idiomas, habla ella. A veces uno no se pone a hablar hasta que no tiene una necesidad. Lo que sí aprendí en una noche fue a comer el arroz con palillos. Me puse, porque no tenía sueño, y me dolía hasta el dedo. Al final aprendí, y ahora cojo el arroz, las habichuelas... (risas). 

 “La primera vez que yo fui a América, a Nueva York, yo no iba a cantar, iba con una gachí. Llegué a un restaurante, había flamenquito, con nombres de España, pero allí no había españoles; y ahora tienen hasta bares por ahí. Y fíjate cómo sería que en la calle había un kiosco con un periódico colgando y vi que era yo. Lo compré y le dije a la muchacha que lo leyera. Primera figura de España en Nueva York (risas)… Lo tengo yo ahí el papel. Conocía todos esos países como… si hubiera nacido ahí. Parece que yo había nacido por ahí. Le conté a mi pare eso: mira “opá” yo para mí que había nacido por América. Y me dijo: ‘porque tú tío estuvo por ahí, llevaba pollos ingleses’.



“En EEUU la gente se ha “levantao” llorando al oírme. Allí gusto a los muchachos estudiaos. Por eso y por otras cosas, en la profesión nadie habla de mí. Están “comíos” por la envidia. El de los americanos es el mejor país del mundo. A mí me concedieron la residencia en el primer viaje. Mira, mira”.

«Yo soy de tos laos y de ninguno, ¿tú me entiendes? Le he “dao” la vuelta al mundo varias veces. El único lugar que no conozco es Australia. Y cuanto más mundo ando, canto más gitano. Porque me acuerdo de mi tierra, aunque sea mala».



Sí, los extranjeros y gente de fuera vinieron a verme a Sevilla, vino hasta una televisión de Rusia, que quería hacerme una entrevista, pero no hablé, le dije que quería 4.000 euros. Yo cobro por hablar y me querían dar mil euros. Le dije ‘otro día hablamos’.



Los dientes de oro dan mala impresión, a ver si me los quito y me los pongo blancos.



«Los dientes de oro. Esto tiene mucha solera pa' mí. Pero ahora me los voy a poner blancos. Me da miedo que cuando muera me los quieran arrancar».



En la Solea es el único sitio que yo creo que tienen fotos mías, no me gusta tener fotos por ahí. En Jerez no hay ninguna peña que tengan colgadas fotos mías. Una vez estando yo en América en la peña Sabicas, un retrato de un metro regalado por un pintor, y sacado de una foto, recibió diecisiete “puñalás”. Intervino la policía y todo.



Para Francis y la Solea lo que quieras, es mi amigo y por allí pasa la mejor afición, yo cada vez que paso por Madrid siempre voy por allí; es una visita obligada, ya que tengo en este bar muy buenos amigos



Yo no vivo del campo, eso lo tengo por gusto para dárselo a la gente, a los que son buenas a las malas no les doy nada. Cuando estoy afuera de gira, está solo, lo único que pasa es que si viene un pobrecito por aquí pue las coge y se las lleva.



Con esto me distraigo yo, con dos cabras. También tengo ocho gatos, que son de mi mujer. Antes tenía caballos y vacas, pero ya no, los vendí. ¿Quién les iba a echar de comer cuando me iba por ahí? Y mira, ahí está mi barbacoa (señala a una bañera con una parrilla). Ahí cabe un cochino entero, la he hecho yo (risas).



Lo que más me gusta del mundo es el campo y las mujeres.



Esto se llama uvas robadas, de ahí, chiquititas, se llaman robadas porque ese hombre no quiere ni dar el sarmiento. El que tiene no se acuerda del que no tiene, pero eso lo sabe todo el mundo.



Si sale un gachó cantando se tiene que basar en Antonio Chacón y si sale un gitano cantando se tiene que basar en Manuel Torre, las dos escuelas de cante que dejaron, no hay más.



No reconozco a más cantaor que a Manuel Torre.



Hoy día no hay nadie que sepa cantar. Quieren hacer las cosas de Antonio Mairena, y eso es imposible porque Antonio Mairena era un monstruo...





¿Qué juventud? ¿Que está cantando la juventud? Cantar, canta poco. Los niños quieren hacer mis cantes, pero lo mío es muy difícil, no lo van a hacer, pero ni ahora ni después de cien años muerto yo.




“Yo no escucho flamenco ninguno. De nadie. Una vez que murió mi pare ya no lo escucho más. Guardo el disco ahí, que lo hice yo, y ahí se queda. Pero yo no voy a escuchar a mi pare. Tengo que estar de muy buen… para yo escucharlo. Porque nosotros cuando se muere nuestra familia… se dejan quietos y no se molestan “pá ná”. Eso es lo que hay que hacer. Entonces, todo es mentira. El flamenco es mentira y los libros que hay de flamenco son mentira. Aquí no ha habido más cantaor que Juan Talega en esa época que yo conocí. Cuando yo lo conocí a los pocos días se murió. Conocí a la Niña de los Peines y a los pocos días se murió. No he conocido más viejos. Y a Antonio Mairena”



“Me llevé bien… Pocos días. Porque el hombre se enamoró de mí. La gente decía: ‘Agujetas le ha pegado a Mairena’, ¿tú te ha enterado de algo de eso o no? Agujetas le ha pegado. Yo no le pegué a nadie. Fuimos a un festival juntos y me sacó Melchor de Marchena. Iba Curro Malena conmigo. Había el yunque de oro, pero nosotros íbamos al festival, no a premio. Al que mejor cantara, y yo como canté y la gente estaba conmigo, pues el tío le dio el premio a aquel que era el que le hacía cara. Pasó el tío allí treinta sillas al lao mía, me quitaba de una, el tío en otra. Fui a la cárcel media hora, hasta que terminó el festival”.





“Antonio era un maestro. Verdad que era un poco frío. Pero Antonio era un maestro, hombre. Que no hablen cuentos de Antonio. Antonio aprendió de los cuatro viejos de Jerez. Mairena cogió cosas viejas, de mi abuelo, de mi abuela, de Manuel Torre… Saber cantar como Antonio… Sería frío, pero era un maestrazo. No le digas eso a los gitanos que los gitanos no quieren. Hay quien no sabe ni abrir la boca, quieren hacer cosas de Mairena, cosas mías… Van todos a dónde los lleven. El flamenco no es nada. Si no me pagan, no hay nada que hacer. La gente va a ver flamenco sabiendo que no es flamenco”.


“Y mi pare, como te voy a decir, en aquella época era un hombre que trabajaba; y teniendo nueve hijos no se puede ser artista. Hay que ser como yo que no tenía a nadie… Tenía una novia y cuando ya vi que tenía los dos hijos, Antoñito y Dolores, me dio por ser artista, “po” carajo, me fui de artista. Aquí no ha pasado ná. Ahora, mandaba el dinero que ganaba a mi niña. Como no estaba aquí… como todos los artistas. A los artistas de cine les pasa igual, les mandan el dinero a sus hijos y a su mujer, pero si el hombre se va a América y vuelve y no trae un duro, pues no hay papá. Si trae dinero, hay papá, ¿has “escuchao”? “Ea” pues ya está, “pá que lo sepas”.



Quitando a Chocolate, la Fernanda y yo, todos los demás son flamencos comerciales. Mira el flamenco antiguo fue Juan Talega, Juaniquí, mi padre, Chocolate y ahora yo. Si dice que uno canta comercial: es que no sabe cantar flamenco.



Yo pondría el Flamenco como asignatura obligatoria en los colegios, pero el de antes, el que hacía gente que sabía cantar, como Juan de Mairena. El de ahora es una mala copia, tos pegando chillidos.



El gremio más malo del mundo es el de artista. Pero artista en todo: en pintura, en toros, en cante... El gremio más malo es el de artista. El artista es el que tiene siempre una envidia con el otro que yo no lo entiendo. Yo no conozco a ningún artista. Los conozco a todos, pero no hablo con ninguno a no ser con Chocolate. Porque yo no hablo con ningún mocoso. ¡Ahora, siempre voy en buena compaña!



Estamos en el pueblo de la envidia que se llama Jerez, muy mal hecho, porque el Flamenco no es de España, el Flamenco es de un pueblo llamado Jerez, como yo hablé con Morao.



“No, no, no. A mí la gente me aprecia. Adoran mi cante. Lo que pasa es que yo digo la verdad. Y ésa no la quiere oír nadie, ¿tú me entiendes? La verdad hay que decirla siempre. A mí hay quien me dice que le gustaría tener la libertad que tengo para hablar. Porque aquí, en España, hay mucha mentira consentida. Es el país más bajo del mundo. Sólo hay que “azomarze” a la televisión. Es basura. Putas y maricones. Yo sólo veo películas del oeste, que tienen una luz y una fotografía muy bonita”.



La casa entera la he hecho yo, y esta terraza mía que la he hecho yo también, que es mía, y todas las calabazas esas también las he sembrado yo, todo, el taller, todo lo que hay aquí lo he hecho yo y pienso de hacer un rascacielos muy pronto. Yo no he aprendido, yo pongo los ladrillos si sale bien, bien, y si salen torcidos, pues torcidos, me da igual.



El pozo lo hice yo, en los días, ninguna máquina, yo, con una pala, dos días, seis metros.



Quiero decir que todo el mundo está al revés, todo que no me gusta nada, no me gusta nada más que eso, yo, soy el que me gusto.



El que mejor cantó de todos los tiempos por fandangos, se llamó El Carbonerillo y la verdad es que cuando escucho un fandango de él, a lo mejor le echo gasolina al avión y me marcho. Pulpón quiere que le firme la carta y me quede, voy a hacer este año festivales, para hacerle algo a los españoles, porque no hay nadie por aquí, nada más que Chocolate y yo, tú me entiendes...



Por América no voy, como hay tanto lío con los zapatistas me da miedo; como me parezco tanto a ellos, no vaya a tener líos. Ahora llevo también mucho tiempo que no voy a Japón, como me he traído Japón a Jerez...



Yo soy español, pero a mí me da igual España. No vivo de gobiernos ni de nadie. Yo soy libre, ahora y con Franco.



¡Viva España! Aunque las calles estén llenas de piojos.

 A mí ya no me engaña nadie. Bueno sí, el otro día me engañó un taxista de Jerez. En la puerta de Villamarta me monté en el taxi y me cobró antes porque decía que había gente que no le pagaba. Después cuando llegué a mi casa, hablando y hablando porque me dijo que era familia de María José Santiago, le pagué otra vez. Cuando me di cuenta se había ido y después llamé y me dijo que eso era mentira. Será sinvergüenza. Eso sólo pasa en España...



En todas las partes del mundo hay gente buena y mala, pero yo no he dado todavía con nadie así. Una vez en Nueva York en el metro, a las tres de la mañana, me dijo uno ‘hola buen hombre’ y me pidió tabaco. Le dije ‘no smoke’ y se fue. Mi padre siempre me decía que tuviera cuidado por ahí, pero yo siempre he mantenido que el que no se mete con nadie, nadie se mete con él. Pero bueno, en América concretamente hay muchos locos. Y ¿por qué? Porque como es un país de divorcio desde hace años, los hijos de uno los tiene otro y así acaban volviéndose majaretas. Si al niño le quita a su “mare” y a su pare pasa esto.




Los mejores presidentes son los americanos. Iba Reagan por la calle, le echabas la mano por arriba y té hacía la foto. Pero los de aquí... ¿tú te vas a arrimar a un desmayado de aquí?



Yo tengo un niño en las drogas y no entra en mí casa. Con los drogadictos, haría como en México: el que fume porros, ahorcado.



El Flamenco hay que escucharlo desde chico, pero no hace falta que sea gitano. Lo que hace falta es criarse con el cante. Si una mujer está en estado y se pone discos del Flamenco, el hijo saldrá cantando.



Canto mejor cuando estoy lejos de mi casa, porque me acuerdo más.



Eso forma parte de la vida y pasa en todos los trabajos. Yo tengo la misma voz que cuando salí porque ni fumo ni bebo, pero antes tenía que hacer pa´ cantar más fuerza que ahora, sobre todo pa soltar la voz. Ahora, con la misma fuerza llego más lejos que antes. Eso lo da el saber, como en todos los trabajos. Mira, en Japón hay hombres para enseñar a hablar, pero no idiomas sino para saber hablar bien. Y dicen que hasta que no tienes 70 u 80 años no hablas bien. Es igual que el cante. Me acuerdo qué Terremoto, que cantaba mu gitano, hacía unos tercios que yo por lo menos nunca los he entendido, no sabía lo que decía. Y yo el cante no lo entiendo así, porque a Chocolate y Mairena se le entiende todo y a mí también.



Mire la casualidad que lo que yo canto no lo miro en mí vía, no cojo periódicos de nadie, los saben tos, me da igual que ponga eso el periódico, como si pone, me da igual, yo no me miro nunca, ni me escucho. Pero ahora un cantaor no se hace, hasta los 75 ó 78 años para arriba no hay cantaores. Esa seguiriya que yo hice ahí está “cantao” a lo bruto, eso hace 18 años, salvaje, bruto, para cantar tiene que ser ahora que canto perfecto y el trabajo sale cada vez mejor, lo ha entendido usted, ahora canto diez veces mejor, eso está para cumplir con la gente, para mí no, para los que no saben sí, eso es.



Hoy tengo más fuerza que cuando 20 años, todo el hombre que tiene 20 años es una mierda, todo a correr, todo a lo loco, comiéndome el mundo y no se puede comer uno el mundo, hay que comerse medio mundo; más paradito, y más paradito pues se come uno seis mundos. Pero eso no se sabía antes, antes tiraba a lo mejor eso valía. Valía porque había genio, pero eso no es así, es como ahora.



Yo hago la bulería de Jerez, la bulería “pa´ escuchá”, la bulería corta, esa para fiesta no la hago yo, no me gusta.



Existe la Flamencología, pero no hay quien la lleve, es muy difícil. A Juan de la Plata se lo enseñó el Tío Parrilla, una cosa verdad y otras no; si un americano preguntaba al Tío Parrilla, él contestaba, pero daba una versión de la historia que no decía nada de Flamenco, porque además no lo podían entender. Mira, el Flamenco se lo llevan los viejos a la tierra.



Si veo un algo en un cuadro me gusta. Yo tengo muchos cuadros en Jerez en mí casa, en la chimenea, tengo una piedra metía en la pared que está pintada por mi compadre Juan Correa para que no se pueda quitar en la vía; eso está para los restos en la chimenea de mí casa. Mira, una vez un psiquiatra en Nueva York, hizo cachos una estatua de Picazo; fue su mujer a una galería a comprarla, eran dos muelles de coche y una cabeza en lo alto, le costó dos millones, ¡pero de dólares!, y cuando la vio el psiquiatra la tiro al suelo porque no le gustaba, eso pasó. Yo lo vi porque el psiquiatra era mi suegro, ¿sabe?



Trasladaría la capital a Chipiona, que es lo más bonito del mundo: la tierra del sol, del campo verde...

Yo no llevaría el AVE a Jerez porque estropearía el campo.



Porque la última vez que estuve me engañaron, como ha pasado en la Bienal. Ahora vengo solo, no quiero apoderados ni nada de eso, me llaman directamente. Cojo el contrato y lo mando, bueno se lo dejo a uno que me mira las cuentas, pero de aquí a nada tampoco porque Kanako está aprendiendo. Siempre que he cantado en Jerez se ha llenado, pero ahora no sé qué pasará porque está la cosa muy mala.






Yo a los galgos no le pongo Agujetas, yo le puse a uno cara sucia y me los quitaron todos.



Yo he estado dando un recital hace poco, salió bien, me cogió una “mijilla” de aire, pero como yo tengo recurso para to´, no sé si por lo viejo, salió bien.



Cuando Terremoto y Chocolate llevaban veinte años como artista, salí yo.



Llevo cantando desde los 17 años, imagínate. Con 17 años dejé la fragua y me puse a cantar.  Como dice mi compadre El Platero, que me recogió. ¿Dónde estaba yo en la cuna? (risas). Yo digo un cante ‘Dios se lo pague a mi compare El Platero que me recogió’ (risas). Cuando yo salí llevaba Terremoto, La Paquera y Chocolate treinta años de artista. Mairena llevaba cuarenta años. Conocí a Juan Talega, aunque era muy viejo. Era un corredor de bestias, vendía mulos y fue Antonio Mairena quien le hizo un disco, pero ya estaba acabado. Yo fui el último que salí.



“Yo no he vivido la pureza, yo fui el último que salió. Cuando yo salí llevaba Chocolate treinta años; 30 años, Terremoto; 30 años, La Paquera; 40 años llevaba Mairena… Yo fui el último que salió. Pero como yo he estado luchando por el flamenco puro, ¡joé!, qué he terminado con todos los que hacían clásico. Se está perdiendo tó. Todo moderno. Yo no paraba de cantar y cantar, y ahora todo el mundo quiere flamenco puro”. “Andalucía tampoco es para el flamenco, ni para ninguna música, porque es muy analfabeta. Llego a Francia, empiezo a cantar y no habla nadie. Nadie. Cuando me levanto, los “chillíos”, mira… Porque son hombres que saben de música. ¿Pero aquí? Aquí no es que no haya respeto, es que no saben”. Y en Jerez, que se cree todo el mundo que sabe de flamenco, pues no le echa cuenta nadie y cuando van a escuchar flamenco está todo el mundo hablando o comiendo pipas. Porque se cree la gente que sabe, pero no sabe ninguno. No sabe ninguno de cantar ni bailar” “Hombre a los que le gusta sí, a los que le gusta sí…”.



Lo último que he hecho ha sido en Jerez que estuve cuatro horas cantando en el Palacio de Congreso.



No lo creo, los discos ya no dejan dinero. Ahora voy a sacar un libro sobre mí que está escribiendo Kanako y que se va a llamar ‘14 puñalás’. Yo tengo más discos que todos los artistas flamencos del mundo, más que Mairena y to´. Lo que pasa es que hay muchos hechos en Japón, aquí no han llegado. Una vez pagué en un rastro por un disco mío 25.000 pesetas. Le dije al que lo vendía ‘Oiga, que yo soy Agujetas, ¿cómo me pide eso? Es que los extranjeros me pagan eso, si lo quiere bien si no, na’. ¿Tú te crees? Ahora lo que deja dinero es cantar en un teatro y el internet. Soy el primero que entró en internet, tengo miles y miles de gente siguiéndome y por eso cobro alrededor de 500 euros cada tres meses del extranjero. 



Ahora me están haciendo una estatua en Francia. Enséñale la foto (su señora muestra el móvil). Es un chaval de Setenil pero que vive allí. Está hecha en piedra, y me ha dicho la alcaldesa que la iban a poner en Jerez, pero vamos a ver. 





A mí eso me da igual porque yo no me voy a enterar. A mí que me quemen y ya está, total, si no va a venir a verme nadie...  



 “Nunca, nunca, ni una, ni una. De juerga nada. Ahí lo tienes. Son unos embusteros y dicen en libros que yo he estado en tos laos y yo no he salido de mi casa. Canto y pá dormí. Otros se lían a decir que yo fui con ellos a no sé dónde y yo, Dios mío de mi alma, si no he ido a ningún lao. Una vez con el tío de ese (señala al fotógrafo, en alusión a su tío el pintor Paco Toro). Con el único que yo tomé una copita en la Feria y en su casa con su mujer y sus hijos. Jamás, con Toro ná más. Pero juerga jamás… Jamás. ¿Qué te parece? Es mentira todo después. También decían que Manuel Torre se acostó con la mujer del hijo. Eso es mentira todo. Manuel Torre, ¿un hombre como ese se iba a acostar con la mujer del hijo?”





“No hay confusión ninguna. Confusión es la de la gente que va a verlo, que le gusta eso que no es. Un libro de flamenco no puede haber porque eso no es flamenco ni ná, eso es una basura”. ¿Y el mercado discográfico? “Han terminado con los discos, ya no hace ninguna casa discos. Nadie. ¿Me entiendes? Ahora hacen un disco dos o tres juntos, se juntan tres, pero lo venden, ¿a quién?, ¿a los amigos? Antes llegaban a mí: ‘Agujetas queremos un disco tuyo’; ‘¿Cuánto quiere por él?’; ‘Seis, siete millones y el 10%’; ‘Pues me lo llevo’. Ahora, ¿dónde voy a ir a hacer un disco ahora? Si nadie me llama. Me sale uno que quiere dos cantes conmigo. Dos cantes. Le cobro lo que sea y ya está. Yo tengo mis actuaciones, pero las actuaciones que tengo son afuera. Yo no tengo ni representante porque no vale “pa ná”, a mí me llaman directamente a mi casa”.

“El médico me ha dicho: ‘Tiene usted las cañas “tapás”. Estaban tapás y están. Pero el médico no opera “enseguía”. Ya no puedo ir en avión, ya me da el miedo con la sangre. Yo ahora me voy a ir a Japón, me voy a hacer un viaje bonito. Cuando termine una cosa en París y lo de Jerez, voy a coger el tren por Moscú, me meto en Moscú, y después me voy dos días de barco a Japón. ¡Dos semanas en tren (risas)! El avión ahora no. Dos semanas en el tren, una estación, otra estación. Pero viendo paisajes… Da miedo, no te vayas a creer. Esos barcos estarán preparaos. Los barcos que hay también se los lleva el agua, si se tiene que ir para abajo, se va”.



“Si no me pongo malo, canto. El que arme escándalo, pa´ la calle. Yo canto en “tós laos” bien y ya está. Para el pobrecito que no sepa puede ser que tenga más responsabilidad. ¿Qué me van a decir a mí? Yo todas las noches ensayo. Hasta durmiendo. Me levanto por la mañana, me duele la cabeza, me enjuago la cara, pero yo ensayo diario. Esto no se puede quedar parao (se señala la garganta). Y muchas veces hago voz “sentao” aquí, una hora o una cosa así. Porque si no, se cierra la voz. La boca tiene que estar abierta. Si te quedas parao se va cerrando y después, ¿cómo va a salir la voz? Yo no tengo papeles ningunos, empiezo una letra y me salen 300. Según me voy encontrando, con la ayuda del de arriba”. 


"Gualberto cree que van muy bien el sitar y mi voz. Él dice que sabe de todas clases de músicas. Yo no sé de tanto"

"Un hombre cuando sabe su oficio no tiene nada que ensayar. Los dos somos maestros en lo nuestro; así que no necesitamos ensayos. Si eres realmente un cantaor no tienes que ensayar nada; ahora si el tío no sabe, por mucho que lo intente..."

"Ahora lo que hay son unos pocos chillando a estilo perro, aunque todos quieren ser flamenco. Ya nada es como antes, ni los festivales que empiezan a las diez y acaban a la una de la madrugada. Cuando yo empecé duraban toda la noche"

"Yo soy contrario a todo, a mí no me gusta cualquiera” "Soy como Hitler. A los que quieren venir a mi casa, les digo que duermo en un ataúd y Kanako en el establo. Y así no molestan" "Cantaores sólo quedamos dos: Chocolate y yo. El flamenco moderno no existe. Es una mala copia. Lo dice Agujetas de Jerez".


"Mairena, Juan Talega, Manuel Torre. y la Niña de los Peines sí eran figuras"

"No es antiguo, es lo que daba España, lo verdadero. Yo tengo el lego de mi familia, mi abuelo cantaba, mi padre también. Primero saber cantar, pero también nacer con eso, porque es difícil aprender. Hay que estudiar mucho. Yo todos los días estudio una hora para que no se cierre la boca. Luego hay que cuidar la voz, ir abrigado. Si es flamenco con todos, fandangos, saetas, seguiriyas... pero todo hay que hacerlo por derecho. El tablao no es para figuras, porque no se puede pagar. Y además eso de abrir a las doce de la noche, a esa hora ¿quién va a estar en la calle? La fusión es para no escucharlos, es basura, pero todo el mundo quiere comer".

 
"El flamenco fusión es una mierda, creyeron que iba a ser un filón y ha sido un filón de mierda. Pero no quiero hablar y yo lo único que digo es que no se puede triunfar con unas canciones de nada, bobadas con timbales y violines". 
 
"Flamenco es un cantaor y un tocaor. No voy a mentar a nadie para no crearme enemistades, pero hay un hatajo de ignorantes que está llevando al cante a un callejón sin salida".



 “Eso soy yo, libertad. Nací libre. No tengo papeles. Soy como soy. El mejor cantaor de todos los tiempos. Gitano por parte de madre e hijo de Agujetas el Viejo. Aprendí escuchando. Lo que algunos llaman flamenco es mentira. Sólo hay que ver esos festivales en los que contratan a dos o tres endrogaos que cantan rodeaos de bombos por dos mil duros. Unos sinvergüenzas”.



«Cuando dicen que soy “zarvaje” querrán decir que mis cantes no hay quien los haga. Lo mío es muy difícil. Hay que tener poderes. Cuando canto “destono” al mundo. Mis letras tienen pelea. Hay días en que me levanto con dolor de cabeza de soñar con las estrofas». «Porque “zoy er mejó”, ¿tú me entiendes?».



Este conglomerado de declaraciones está refundido de las siguientes entrevistas:


Programa de TV2 "Ritos y geografía del cante". José M.ª Velázquez. 1.972.



Programa TV2 "Flamenco". Fernando Quiñones. 1.976 aprox.


Radio Popular de Jerez. Pepe Marín. 1986 aprox.


El País semanal. 1988 aprox.


Dominical de El Mundo. "Si yo fuera presidente" Camino Brasa 1.998


Madrid Flamenco por Juan Verdú y José Manuel Gamboa


Entrevista por María Cristina Reverte. 1.991.


El confidente.


"Agujetas cantaor" de Dominique Abel. 1.998.


Antonio Lucas 2010 Diario El Mundo


F.P./J.G.  Diario de Jerez, octubre, 2014


Paco Múgica La Voz del Sur septiembre de 2014 
Javier Villán 2014 elmundo.es
Margot Molina El País septiembre 2004
Sergio Balseyro 2009





P.- ¿Qué es el Flamenco para usted?

R.-Yo no hablo de Flamenco, hablo de "Gante Gitano" que es lo que yo hago. Para mí es lo más grande. Vivo por y para el "Cante Gitano". Nací en una familia cantaora y desde los 5 ó 6 años ya apuntaba el cante. Bebí de mis mayores (padre, tíos, abuelos, etc.) y también de Manuel Torre a través de mi padre que lo conoció y con 13 años ya hacia sus cantes divinamente; además estaba emparentado con los míos.



P.- ¿Por qué el nombre artístico de AGUJETAS?

R.-EI sobrenombre de AGUJETAS viene de mi padre Manuel que trabajó durante un tiempo en una estación de trenes de mercancías de Jerez de la Frontera y que llamaban "La Pequeña". Allí le encargaron la tarea de manejar "la aguja" para el cambio de vías, y eso derivó en el apodo de "Agujetas". Después, mi padre se casó y se vino a Rota donde montó su fragua, pero ya se le quedó el mote, que heredamos sus hijos y nietos. Antes de mi padre había otros motes en la familia como el de mi abuelo que le llamaban "EI Manco Justo", que cantaba dándose golpes en la garganta, o el de mi abuelo Tomás "EI Rubichi".



P.- ¿Cómo comenzó su vida artística?

R.-Desde pequeño trabajaba en la fragua con mi padre y allí lo escuchaba cantar a él y sus amigos. Más tarde, a principio de los años 70, Manuel Ríos Ruiz, de Jerez, me propuso grabar dos discos en Madrid para la firma CBS. Una vez allí, y mientras se grababa, me animó para que trabajara en un tablao, concretamente en el "Café de Chinitas", pero esa etapa duró poco: " nunca me gustaron los tablaos, ni las peñas y mucho menos cantar para borrachos". De esta etapa, también recuerdo mi paso por el Ateneo donde fui contratado para dar 14 ó 15 recitales en los que me acompañaron, unas veces Manolo Sanlúcar y otras, su hermano Isidro. Después vino mi viaje a EEUU, donde permanecí un año seguido, recorriendo la mayoría de las universidades. Fuera de España, he cantado en todos los continentes.



P.- ¿Quiénes fueran sus maestros?

R.-No sé si se pueden considerar mis maestros, pero para escuchar me quedo con mi padre, Manuel Torre, Juan Talega, Mairena y Chocolate. Son cantaores a los que yo les llamo dolientes, porque transmiten cuando cantan y esta es una cualidad imprescindible para ser artista. Se tiene o no se tiene, esto no se puede aprender. Además, para saber cantar de verdad hay que pasar de los 60 años, porque es cuando en realidad se manda en el cante. Ahora canto mejor y con más fuerza que cuando tenía 30 años, porque soy yo quien domina. Cuando eres joven, el cante te puede y no controlas.



P.- ¿Cómo contempla el momento actual del Cante?

R.-Ahora lo que hay es una mala imitación del “Cante Gitano". Se tiende a hacer lo más fácil, buscando la comercialidad, y no saben que, a la larga, lo bueno es más comercial, porque nunca se dejará de vender. Ahí está la nueva "Llave de Oro": se supone que se le debe dar a un maestro en vida para que vele por la pureza del cante; pues no, se le concede a alguien que ha muerto y que, además, para mí, no es la verdadera línea a seguir. Creo que se le ha dado a quien interesaba, pero por motivos ajenos al cante. Son muchas gentes las que quieren comer de esto. Si no se produce un cambio profundo, terminarán por convertir esta música en una más, sin personalidad ninguna.



P.- ¿Evoluciona el cante?

R.-En los cantes básicos está todo inventado, lo que cambia son los matices que le da cada artista. Es como en el toreo: los pases están ahí, lo que tiene que hacer el torero es imprimirle su propia personalidad; si es que la tiene, que es donde muchas veces aparece el problema. Para mí no existen cantes de Alcalá, Jerez o Lebrija, sino cantes de Joaquín el de La Paula, Manuel Torre o Juaniquí. Y es que son estas personas las que han hecho los cantes y no las

comarcas o los pueblos. La que no se debe hacer nunca es imitar, porque entonces no hay arte. Estamos en una época llena de loros y falta de auténticos artistas.



P.- ¿Qué opinión le merece la crítica?

R.-Los críticos hacen su trabajo y yo el mío. Como en todo, los hay buenos y los hay que no se enteran. Por regla general, suelo tener buenas críticas y a nadie le amarga un dulce, pero tengo que dejar una cosa clara: una crítica mala, con fundamento. vale por diez buenas. Se aprende cien veces más de los fallos que de los aciertos. Sólo pido profesionalidad y honradez.



R- ¿Qué es el “Duende”?

R.-No creo en el "Duende". Eso es un invento más romántico que real. Algunas veces se está más a gusto que otras y sale lo que uno lleva dentro de forma más natural, como en cualquier faceta de la vida. A mí, personalmente, canto mejor cuando estoy en una situación formal y seria: se me viene el cante en su justa medida y dentro de los cánones que considero auténticos. Existe mucho camelo en este mundo. Los cantes, si se conocen y no hay malestar físico, salen bien; lo demás son historias para no dormir.



R- ¿Sus nombres preferidos en el cante, toque y baile?

R.-En el cante: Mi padre y Manuel Torre. En el toque: Melchor de Marchena y Manolo Sanlúcar. En el baile: Tía Juana la del Pipa y Paco Laberinto.



P.- ¿Cómo le gustaría que le recordara la historia?

R.-En el aspecto profesional, como maestro del cante. Como persona, no me preocupa porque se inventarán muchas cosas y la mayoría serán falsas. Ya se la inventan en vida…



Alfonso García 24 Quilates










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